“ESTA NEGRA LLAMADA MARÍA”

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¿Quién era esa “negra llamada María” que “se vende en cuatrocientos pesos”, no tiene “adicción alguna”, “sabe lavar muy bien” y “planchar de liso”?…María encarna las miles de mujeres africanas traídas en condición de esclavas al Río de la Plata provenientes del Congo, Angola o Luanda. Quizá María o sus ancestros hayan venido en los “navíos negreros” donde eran transportados/as en posición fetal durante meses, al llegar se realizaban remates públicos donde acudían las familias encumbradas de la sociedad porteña para comprar “sus negros/as”;  tener muchos/as “esclavos/as” eran un signo de poderío social. Todo el trabajo doméstico era realizado por estas mujeres, por las miles de Marías que mantenían el fuego ardiendo, cocinaban, acarreaban agua del río, amamantaban y criaban los/as niños/as de la “gente decente”.

Las afro argentinas fueron invisibilizadas  por la condena del color, su condición de esclavas y el género. Culpados sus cuerpos de “excesiva carga erótica”, no existía entre la elite de la sociedad colonial cuestionamientos sobre los abusos sexuales de las que generalmente eran víctimas. Eran consideradas objetos y como tal podían usarse, intercambiarse, alquilarse, prestarse, hipotecarse, venderse o comprarse. Desde el punto de vista legal poseían algunos “derechos” como por ejemplo al bautismo y adoctrinamiento católico, a un nombre y al matrimonio. En el plano de la cotidianeidad estos derechos se diluían desde múltiples estrategias de sujeción, de hecho María es vendida porque quiere casarse. Esta situación implicaba el derecho de formar el propio “peculio”, es decir por fuera de los hogares de los amos lo que explica la recurrente oposición de estos al matrimonio.

Hubo en nuestra historia argentina muchas “Marías”…podemos encontrarlas durante la guerra de la Independencia alistándose en los ejércitos patrióticos, luchando muchas veces vestidas como varones. A partir de 1821, en Buenos Aires, las encontramos integrando las Sociedades o Naciones Africanas; más adelante, en 1855 crearán sus propias asociaciones levantando la bandera del género.

Actualmente cuando un grupo de niños/as juega a “la ronda redonda” reviven los rituales danzantes de las mujeres afro argentinas que se niegan a ser olvidadas.

 

Por SANDRA MICHELÓN