«PALABRAS EMPLEADAS EN PANDEMIA» (Segunda Parte), por MARCELA RUIZ

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«PALABRAS EMPLEADAS EN PANDEMIA» (Segunda Parte)

Continuando con la Primera Parte de este artículo relacionado con las palabras que empezamos a usar con frecuencia durante la pandemia, faltan redefinir las quince que quedaron pendientes: infodemia; hisopar; burbuja; cubreboca, tapaboca, mascarilla y barbijo; brote, rebrote, ola y oleada; desinfectar y sanitizar (desinfección y sanitización); y vacuna e inmunización. Lo haremos, como en el anterior, teniendo en cuenta lo que establecen la Fundación del Español Urgente (Fundéu) y/o el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE):

La voz infodemia (proviene del inglés infodemic) está morfológicamente bien formada y se emplea en el contexto de las noticias sobre el coronavirus con relación a la gran cantidad de información que hay sobre el tema, mucha de ella poco rigurosa.

Los términos hisopar e hisopear (ambos registrados en el DRAE, aunque con sutiles diferencias semánticas: hisopar es rociar con el hisopo e hisopear es rociar de agua con el hisopo) derivan de hisopo (palillo recubierto de algodón en sus extremos), por lo que se comenzó a emplear el verbo hisopar en alusión a la prueba para el coronavirus practicada con este objeto.

La palabra burbuja fue empleada por primera vez en el ámbito turístico, cuando se habilitaron los vuelos desde Nueva Zelanda (primer país que eliminó el contagio) hasta Australia. Se trata de conformar una zona segura, limitando el riesgo de enfermarse o de transmitir la COVID-19 y ampliando la interacción social. Las expresiones vuelos burbuja o viajes burbuja, son válidos para referirse a los vuelos que no están sometidos a las mismas restricciones que los demás.  

Se ha extendido el uso de las palabras cubreboca, tapaboca (la primera no figura en el Diccionario de la RAE, pero está registrada para su posible ingreso; la segunda, está definida como mascarilla para proteger de agentes patógenos o tóxicos; ambas voces cuando refieren a la mascarilla sanitaria, son igualmente válidas y se documentan en el español americano; deben escribirse en una sola palabra, no separadas y válidas también cubrebocas y tapabocas), mascarilla  (objeto o trozo de tela o papel que se coloca sobre la nariz y la boca y se sujeta con una goma o cinta en la cabeza, para evitar o facilitar la inhalación de ciertos gases o sustancias) y barbijo (pieza de tela o máscara que cubre la boca y la nariz para brindar protección de posibles agentes patógenos o tóxicos). Pareciera tratarse de sinónimos, sin embargo, por las características de cada uno, no lo son. Es preferible usar barbijo.

Brote y rebroteola y oleada se emplean de forma indistinta, pero encierran matices diferentes: brote es un término más amplio, mientras que rebrote es más preciso, puesto que implica que ya se ha controlado y eliminado algún brote anterior. En la situación actual, es conveniente afirmar que vuelve a haber brotes en un lugar determinado o que hay rebrotes o nuevos brotes en los últimos días. En consecuencia, donde es adecuado emplear rebrote también lo es optar por brote, pero si se alude a un primer brote no es apropiado utilizar rebrote. También se emplean indistintamente los sustantivos ola oleada. Aunque el término oleada es adecuado, resulta preferible optar por ola. La Real Academia Nacional de Medicina considera que, en epidemiología, es la voz ola (sinónimo de fasela que empezó a utilizarse por su parecido con el movimiento característico de subida y bajada de las olas del mar. Con este sustantivo se hace referencia a un número creciente de personas infectadas por una enfermedad, que alcanza un máximo para descender más lentamente. Fundéu considera que puede decirse que todos los países afectados han sufrido una primera ola de coronavirus y que algunos de los que se venían recuperando y habían alcanzado la llamada “nueva normalidad” se están enfrentando ahora a nuevos brotes y se preparan para segundas y terceras olas.

En lo que respecta a los verbos desinfectarsanitizar, el primero es el adecuado en español para referirse, en el ámbito de la sanidad, a la acción de eliminar todos o casi todos los microbios patógenos, con excepción de las esporas bacterianas, de la superficie de un objeto o de un ser vivo mediante la aplicación de medios químicos o físicos. Por su parte, sanitize es el verbo inglés que, según el diccionario de Oxford, significa tanto limpiar e higienizar como desinfectar, pero, según la Real Academia Nacional de Medicina, con el significado detallado más arriba, los términos apropiados en español son desinfectar desinfección y no los calcos sanitizar y sanitización. En otros casos, se emplean en español sanitizar o sanitización con los sentidos de los verbos sanear o higienizar y los sustantivos saneamientohigiene o higienización, según los contextos, lo que la Academia de Medicina tampoco considera apropiado.

Los términos vacuna e inmunización no son sinónimos; por medio de la administración de una vacuna es posible conseguir la inmunización. Según el Diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina de España, vacuna es la suspensión de microorganismos vivos atenuados o inactivados o sus fracciones, que son administrados al individuo sano susceptible con el objeto de inducir inmunidad activa protectora contra la enfermedad infecciosa correspondiente, mientras que la inmunización es la acción o efecto de inmunizar o de inmunizarse. Vale aclarar que el término inmunización se usa a veces también como sinónimo de vacunación, a pesar de que el primero es más amplio que el segundo, por lo que resulta recomendable no confundirlos en ámbitos médicos (sin embargo, resulta adecuada esta equivalencia en algunos contextos, como en la denominación de los Programas Nacionales de Vacunación/Inmunización de algunos países, ya que en estos casos se hace referencia a un programa responsable de la vacunación mediante estrategias de inmunización). Los tres verbos que se pueden emplear para la acción de vacunar son: administrar (aplicar, dar o hacer tomar un medicamento), inocular (introducir en un organismo una sustancia que contiene los gérmenes de una enfermedad) e inyectar (introducir en el cuerpo, mediante una aguja unida a una jeringuilla, un líquido o una solución de un medicamento); sin embargo, se usa suministrar (proveer a alguien de algo que necesita) de manera impropia. Las vacunas se suministran a los centros de salud, pero se administran, se inoculan o se inyectan a las personas.

Sin lugar a dudas, esta pandemia dejará huellas en la salud, en la economía y en la forma en la que nos comunicamos.

 

Por MARCELA RUIZ – Profesora de Castellano, Literatura y Latín / Escritora