«PASEAR CON PERROS, TODA UNA ODISEA», por LUCRECIA MARTINI

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EXTRAÑAS CRIATURAS 

 

PASEAR CON PERROS, TODA UNA ODISEA

Antes de desarrollar el tema de esta columna los invito a leer sobre el hecho que me llevó a escribir sobre el mismo:

En memoria de Roque…

Roque había venido junto a su familia, Carmen y Ramón, para visitar familiares en Casilda, nunca pensaron que un paseo terminaría con su vida.

El 2 de marzo alrededor de las 20 horas Carmen llevaba a Roque con collar y correa, juntos caminaban por calle Pescio entre 1° de Mayo y España, de repente una persona abre la puerta de su casa y sale un perro de gran porte que ataca a Roque. Algunos vecinos y Carmen trataron por todos los medios de frenar el ataque hasta que Roque logra zafarse cortando la correa y huyendo lastimado y asustado.

Esa misma noche comenzó la búsqueda desesperada de este pequeño perro de 10 años, compañero inseparable de Carmen y Ramón durante ese tiempo, que sufría convulsiones, que además había sido atacado, se encontraba lastimado y en una ciudad desconocida. Al día siguiente y gracias a Andrea Volonté, que atenta a las publicaciones vió a Roque y avisó, pudo volver a reencontrase con su familia.

Roque estuvo internado deshidratado y con fiebre, resistió lo más que pudo, incluso tuvo una mejoría que hizo pensar que ya estaba bien. Lamentablemente Roque murió. ¿Podría haberse evitado su muerte?. Sí!

Roque paseaba con correa y collar como corresponde junto a Carmen, esos paseos que nos hacen bien a ambos, animales no humanos y humanos. Si el humano que abrió la puerta de su casa hubiera reparado en que su perro debía salir junto a él con correa y collar, el ataque nunca se hubiera dado y la muerte de Roque tampoco. Esta persona tampoco se acercó a ofrecer ayuda o pedir disculpas.

Pensemos seriamente ciudadanos, vivimos en sociedad, lo que hacemos puede y de hecho perjudica hasta la muerte a otro ser vivo. No es lo queremos ni lo que merecemos!

En memoria de Roque, el abrazo a Carmen, Ramón y familiares.

#justiciaporroque

(Texto publicado por la Protectora de animales Casilda)

 

El paseo con los perros, integrantes de nuestras familias, debería formar parte de nuestras rutinas, ya que aporta beneficios tanto para los animales como para los humanos. Nuestra sociedad y nosotros como ciudadanos aún no estamos preparados, aunque podemos intentarlo.

Partiendo de la base de que cada animal debería ser cuidado por un humano, por una familia, dentro de los límites de cada vivienda, con los requisitos mínimos para que pueda desarrollar su vida en compañía de la nuestra, espacio al aire libre acorde a sus necesidades, sombra y refugio para las tormentas o el frío, agua, comida, atención veterinaria y paseos diarios en lo posible. Sabiendo que en la realidad esta situación difiere de lo ideal y que muchos animales están en las calles, semi domiciliados, sin castrar y sin recibir el mínimo cuidado que merecen por parte de los humanos, para aquellos que queremos pasear será toda una odisea.

El triste desenlace de lo ocurrido con Roque el pasado 2 de marzo, hace que muchos evitemos salir con nuestros perros o lo hagamos padeciendo y no disfrutando de la actividad. Cuando salimos a pasear nuestro o nuestros perros deben llevar collar y correa e ir caminando con nosotros, no sueltos aunque creamos que nada pasará. ¿A quien no le gustaría abrir jaulas, caniles, mataderos y que los animales corran libres? No dejo de pensar que ese día llegará y será épico!. Mientras tanto los humanos somos sus cuidadores.

En Casilda en todos los barrios hay perros sueltos y con familia, aunque por su extensión Nueva Roma es donde en todas las cuadras nos encontramos con uno o más, en todos los lugares el discurso es similar: no hace nada, sale un ratito da una vuelta a la manzana; no tengo como cerrar el patio; no es mío se agregó; ¿quién sos para decirme qué hacer con mis perros?. Aquí se evidencia la falta de una política pública que se sostenga más allá de quien llegue a la intendencia y a los cargos políticos. Queda al descubierto la falta de un trabajo conjunto de áreas como desarrollo social, salud humana y animal, ambiente. Los servicios que el Estado garantiza son herramientas de educación y transformación ciudadana. Si tan solo quienes llegan a ocupar lugares entendieran que deben velar por los ciudadanos y no por sus propios intereses, si tan solo quienes trabajan en comunas y municipios tendrían el sentido de pertenencia y responsabilidad y entendieran que lo que hacen es por el bien de todos, la realidad sería muy distinta.

Volviendo a los paseos, si ya decidimos salir, encontraremos a nuestro paso otros perros, la caca de muchos de ellos, residuos de todo tipo y deberemos estar atentos a no pisar la materia fecal y a que nuestro perro no se coma algo de todo lo que encuentra en el camino. Aunque parezca insólito en los bulevares y las plazas la basura está sobre los bancos, en el suelo y no en el canasto de residuos. Todos hacemos uso de los espacios públicos y no todos los cuidamos.

A pesar de todos estos datos, siempre es bueno salir y compartir paseos, no olvidemos elegir una hora del día en donde si es verano no haga mucho calor, haya sombra, llevemos agua, bolsas para juntar sus heces, dejémoslos explorar, frenar su paso o hacerlo más ágil, dejémonos  llevar por el paso de estos sabios de cuatro patas y si nos animamos y ellos se tiran al pasto o a la tierra hagámoslo también, no hay nada que un baño no pueda quitar después. Miremos a nuestro alrededor, miremos al cielo, respiremos, tomemos conciencia que somos vida que cuidamos otras vidas.

Quienes cuidamos y valoramos la vida en todas sus formas queremos una ciudad en donde podamos compartir y disfrutar los paseos con nuestros perros. En memoria de Roque y de tantos otros que no han podido concretar o terminar sus paseos.

 

 

Por LUCRECIA MARTINI – Licenciada en Comunicación Social / Proteccionista