PERDURAR

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Intento redactar, nada sale de mí más que intrépidas palabras que no saben significar lo que ellas mismas intentan callar. Enmudezco. Escucho el silencio que grita desde mi interior. Vuelvo a callar para tratar de oír. Miro y observo, todo brilla desde la perspectiva en que lo mires. Todo está allí en busca de alguien que se atreva a mirarlo. Cada estrella manifestando la luz que la caracteriza, brillando para nosotros y ocultando el hecho de que un día ya no resplandecerá más. Es todo muy abstracto me dirán, y yo respondo, qué no lo es.

Vuelvo a observar cada detalle que me rodea, pasando por alto aquellos que no percibo y que sin embargo siento. La belleza que me envuelve lo hace sin pedir permiso y me domina hasta llegar al calcio de mis huesos. ¡Cómo no deslumbrarme ante su presencia tan llena y marcada de ausencias!

La yema de mis dedos ya claman piedad y no me resta más que rendirme ante su brutal demanda. Ellas callan pero aún resta que se puedan explayar en otro tiempo, en otro lugar, en otra yo, en otro vos. Quién sabe lo que sucederá. Sólo en otra oportunidad se podrán expresar.