POSTURAS ANTE LA ENFERMEDAD

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La enfermedad es una parte de la naturaleza humana, porque todos somos enfermos o ex enfermos o aspirantes a enfermos. Y lo asombroso es que de niños nos enseñan todas las reglas de matemáticas que nunca usaremos y jamás nos dicen una palabra sobre esta asignatura que antes o después todos usaremos.

El padre José Luis Martín Descalzo afirma que, ante la enfermedad, existen en general cuatro posturas:

  • La rebeldía con nervios: el enfermo reacciona como un niño rebelde. Multiplica su tensión interior.
  • Derrumbamiento con amargura: ante la enfermedad se entrega. Ve a ésta como un monstruo al que no vencerá jamás.
  • La resignación. Es positiva, pero no es una postura que despierte las energías vitales del alma.
  • La esperanza activa, ardiente. Comienza con la aceptación serena de la enfermedad como parte de la vida, que tiene la posibilidad de despertar otras fuerzas del alma con las que ni contábamos. No se resigna ni se derrumba y despierta el alma dormida.

Como vemos, se puede tomar la enfermedad con una postura negativa o positiva. El negativo, plantea ala enfermedad ante sí como un enemigo que debe vencer. En cambio, el positivo, asume la enfermedad y la coloca dentro de sí, como una prueba, una dificultad que debe vencer, pero de la cual puede obtener también algunos beneficios.

El miedo a la enfermedad nos paraliza. Y lo mismo que un nadador agarrotado, con los músculos crispados y tensos, que no aprenderá a nadar hasta que se relaje y consiga unos movimientos flexibles, así el enfermo perderá buena parte de sus energías para combatir la enfermedad, sino logra relajar su espíritu y superar esa crispación espiritual que produce el miedo o la rebeldía ingenua frente a la enfermedad.

Pobre del enfermo que no descubra que tiene en sus manos, por lo menos, la mitad de su curación o, si ésta fuera imposible, la forma de llevar su enfermedad lo más vitalmente posible. La alegría interior reflejada en un rostro sonriente es la mejor terapia, como se pudo observar en muchos enfermos que se han curad

 

Por JORGE NARDI