La literatura de ciencia ficción es una puerta abierta a las nuevas realidades; las ampliaciones del lenguaje que producen sus visiones operan como expansión de las posibilidades y alternativas que el futuro contiene en su vientre. Julio Verne fue un maestro, y Phillip K. Dick también. El autor del libro sobre el que se basa la película de culto Blade Runner escribió el cuento llamado “El reporte de la minoría” (Minority Report) en la que plantea el sistema Pre Crimen, es decir, detener a una persona porque se supone que va a cometer un crimen. El ingenioso autor funda el sistema en las predicciones que realizan “videntes” al servicio del sistema, quienes predicen quién, cuándo y dónde una persona “A” matará una persona “B”; la predicción funciona como razón suficiente de condena, aunque el delito nunca hubiere ocurrido, pues se detiene al “criminal” en el instante previo a cometerse el hecho. El “delincuente” lo es sin haber cometido el crimen, de allí el nombre del sistema, pre – crimen.
En 1876 el italiano Lombroso publica su famoso “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente”, el padre de la criminología se basó en sus estudios antropométricos (mediciones del cuerpo humano como por ejemplo frente hundida, órbita ocular grande, desarrollo de huesos parietales y temporales, etc), para caracterizar, clasificar y determinar quién es delincuente a partir de sus rasgos físicos. Lombroso indica que sobre quien posee dichas características físicas el Estado debe actuar preventivamente; además atento a la criminalidad innata de estos individuos, no hay mucho por hacer salvo encerrarlos o suprimirlos. Lo cierto es que la idea de poder identificar y detener y juzgar a los criminales por sus aspectos físicos permanece latente ante cada ola de inseguridad.
El anuncio es impactante, China ya instaló una red informática por la cual la policía podrá detener a personas a las cuáles un sistema de Inteligencia Artificial identifique como sospechosos. Miles de cámaras ubicadas en lugares considerados sensibles van registrando los rostros de sus ciudadanos y la información derivada a un Big Data (Administración inteligente de un cúmulo masivo de datos) que vincula los rasgos a los lugares donde fueron detectados resolviendo la peligrosidad de la persona; incluso, y esto es novedoso, tomando nota de la gestualidad del rostro, infiere las posibles emociones que pudieran corroborar el “diagnóstico” de sospecha (por ejemplo nerviosismo, ansiedad, temor); además discrimina el uso de posibles disfraces o caracterizaciones usadas para ocultar una identificación positiva. Lo cierto es que ésta Inteligencia Artificial procesa los datos y resuelve la calificación de peligrosidad de la persona dando la orden de arresto a la Policía.
Los criterios antropométricos de Lombroso son reemplazados por las capturas de las cámaras y su análisis por una IA, pero en el fondo subsiste el mismo concepto: podemos identificar a un delincuente antes que cometa el delito y actuar preventivamente contra los pre-criminales. Por supuesto, los derechos civiles quedan a un lado, y la presunción de inocencia cae ante la etiqueta de sospechoso, produciéndose una suerte de sentencia previa, que justamente, es el título que en nuestro país se puso a la película basada en el libro de Phillip K. Dick (Minority Report – Sentencia Previa, año 2002, Director S. Spielberg, T Cruise, C Farrell).
Thomas Hobbes vivió en Inglaterra las convulsiones de la guerra civil, por lo que al elaborar su pensamiento política entendió que el orden y la seguridad estaban por sobre todo, incluso por sobre las leyes y es por esto que su Leviatán (el poder del Estado) está fuera del contrato social y no atado por éste ni por el ordenamiento jurídico. Cuando combinamos ésta concepción del Estado de Hobbes con la categoría de criminalidad por sospecha basada en aspectos físicos o personales, podemos dar por seguro que los derechos y garantías de los ciudadanos han sido violentados.
A partir del ataque a las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, George Bush presentó la Doctrina de la Guerra Preventiva, es decir, el ataque armado a un país por considerar que éste es sospechoso de ser potencialmente un futuro agresor, siendo ésta amenaza inminente, o no. De allí las caracterizaciones realizadas a los países calificados como el “Eje del Mal” originariamente Irán, Siria y Corea del Norte, a los que luego se agregó Siria, Libia y Cuba; pero además fue la justificación de la invasión a Afganistán e Irak.
Sobre la base de supuestas consecuencias buenas podemos prescindir de ciertos principios; para ésta mirada la búsqueda de la seguridad autoriza al Estado estar por fuera de la ley, es que para algunos el fin justifica los medios.
Por EMLIO ARDIANI