SE TRATA DE OTRO MERCADO NEGRO

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Chloe Ayling es una modelo británica de 20 años y recibió una oferta de sesión fotográfica en Turín, Italia. La joven se presentó a la cita en la que, mientras un hombre la sujetaba, otro le aplicaba una inyección en un brazo que la desvaneció; fue alojada clandestinamente en una granja durante una semana. Durante ese lapso la red de trata había “ofertado” a Ayling en internet, informando sus datos físicos a los posibles “compradores”.

El delito de trata es un delito que ofende no solo a la víctima sino a todo el género humano, por lo que se lo considera un crimen de Lesa Humanidad; tal su gravedad, tiene la característica de ser imprescriptible, es decir, la acción penal no se extingue por el paso de los años.

En la carta emitida por ésta organización delictual al liberar a la joven una de las frases es una impactante advertencia: “Estás al tanto de tu valor en el mercado de la esclavitud humana y debes tomar nota que esto no es personal, es negocio”. Solemos pensar en la esclavitud como una práctica del pasado o el argumento de una película, pero lo cierto es que en la actualidad sigue presente con aberrante contundencia. El Protocolo de ONU para prevenir, reprimir y sancionar la Trata de Personas, especialmente Mujeres y Niños, define a éste delito como el reclutamiento, transporte, traslado, acogida o recepción de personas, bajo amenaza, o por el uso de la fuerza u otra forma de coerción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una posición de vulnerabilidad, recibiendo pagos o beneficios, y para una persona tenga bajo su control a otra con el propósito de explotarla sexualmente, o mediante trabajos forzados, esclavitud, servidumbre o remoción de órganos. Analizando el complejo párrafo digamos que primero hay una captación de una persona, en forma violenta y/o engañosa; en segundo lugar produce su traslado a otro lugar, siendo muchas veces fuera del país ya que es un delito fuertemente transnacional, pero también se da dentro de las propias fronteras; en tercer lugar vemos que esa persona queda sometida a otra que la explota para obtener un beneficio, y finalmente en cuarto lugar, la finalidad de ésta captura es someter a dicha persona a explotación sexual o laboral, esclavitud o extracción de órganos para su venta clandestina.

De la lectura se infiere que la Trata de Personas requiere una organización de personas y recursos financieros, por eso se la considera una “red” y todos los intervinientes persiguen por su actuación un beneficio. Son objeto de “trata” con finalidad de explotación sexual especialmente mujeres y niños. Pero también son objeto de trata las personas sometidas a un sistema productivo de talleres en los que sus empleados y empleadas no pueden dejar las instalaciones, sometidos a un régimen de trabajo permanente, sin descanso ni remuneración, sin vida personal, sin posibilidad de escape.

Las estadísticas de ONU indican que un 53% de las personas objeto de trata son explotadas sexualmente, un 40% son explotadas en trabajos forzosos, y a un 0,3% le son extraídos los órganos (el resto se reparte en otras formas de explotación, como la servidumbre). En África y Oriente Medio la trata de niños llega a un 62%; en Europa y Asia Central la trata de adultos es del 82%, en el resto del mundo los porcentajes promedian entre 65-35 % adultos y niños.

En Argentina el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de personas damnificadas por el delito de trata informa que desde su creación en 2008 se han rescatado y asistido a más de 11.000 víctimas. El 91% de ellas era mayores y el 9% menores; el 53% fue explotado laboralmente mientras que 46% fue explotado sexualmente (1% en otras formas de explotación); el 53% eran personas extranjeras explotadas en nuestro país y el 47% eran argentinas.

En la carta emitida por la red La Muerte Negra en relación a liberación de Chloe Ayling se informa que la decisión fue tomada porque es regla de la red no esclavizar a madres; es que luego de secuestrarla los captores se informaron que la joven era madre de una niña de 2 años, contraviniendo sus “reglas” y reforzando la idea de que se trata solo de “negocios”, hay una demanda y la red “La Muerte Negra” satisface una necesidad en el mercado. La mafia suele justificarse a sí misma como una cuestión de negocios que no es personal. Cuando el hombre deja de de ser un fin, cuando no reconocemos al otro y no lo vemos como alguien que nos interpela y reclama dignidad, lo cosificamos, lo transformamos en una cosa. Algo que se puede vender, porque también hay compradores.

 

 

Por EMILIO ARDIANI.