¡UNA IMPORTANTE IDEA!
Días pasados escuché al Señor Docnich, funcionario político de la Municipalidad de Casilda, haciendo saber de su propuesta relacionada con la eliminación de los ruidos molestos. Su decisión de aminorar el flagelo, me cayó de lo mejor…
Relacionado con el asunto y las dificultades que tales intenciones acarrean, me permito recordar que siendo Presidente del Consejo Municipal durante los últimos años de la década del ochenta y en respuesta a los pedidos que con frecuencia me hacían los vecinos, por el número de perros sueltos en la vía pública -un verdadero desastre- presenté un proyecto en el que sugería a todo propietario de esos animales, a hacerse responsable de su tenencia. La ordenanza que no recuerdo todos los detalles, hablaba de castigar económicamente a quien la trasgrediera. En un apartado sugería el uso de correas cuando el dueño lo sacaba de paseo, acompañado con una serie de consejos que como docente, me pareció interesante agregar, intentando cómo usted Señor Docnich, corregir uno de los muchos defectos propios de nuestra sociedad. Todo ello acabándolo con una expresión que pronuncian aquellos, los más inteligentes: “¡Pero… por qué no se van…!.
Aprobada la ordenanza por mayoría, se hizo pública.
Ahora, usted como yo, con los sesos puestos al servicio de los demás, no nos resulta fácil hacer que la gente entienda lo que le pedimos.
Todo tiene un final. El intendente Señor Rosconi, después de lo solicitado, aceleró la construcción de canileras en el predio del ex-matadero municipal y con ello se contuvo la invasión. La mayoría de los perros provenían de localidades vecinas que se sacaban de encima el problema arrojándolos en Casilda ¡Gracias a Dios! Se está corrigiendo de a poco esa falencia..
El otro final es gracioso:
A la reunión siguiente se habló del tema:
Un amigo extraordinario que recuerdo con mucho cariño, concejal por la U.C.R., el Señor Primo Baetti, tuvo la ingeniosa salida que me hace trasmitirla con el mayor de los respetos. Pidió la palabra y dijo:
-“Estimado Armando: -con la gracia que lo caracterizaba- al día después de aprobada la ordenanza el número de perros aumentó bárbaramente”
Los ruidos también. Estimado Docnich… No importa, hay que seguir. De lo contrario tendré que pedirles a los motociclistas -los que hacen ruidos- que me permitan formar parte de su grupo.
Estamos solos, señor Docnich.. Todos felicitan. Y aquellos los que debieran acompañarnos ¿Adónde están?
Por ARMANDO ABEL CAVALIERI – Escritor