«VERBOS DESCONOCIDOS Y POCO USADOS DEL ESPAÑOL», por MARCELA RUIZ

0
8661

VERBOS DESCONOCIDOS Y POCO USADOS DEL ESPAÑOL

Se sabe que los verbos son palabras que indican acción, estado o proceso, que se clasifican en tres grupos de acuerdo con la terminación del infinitivo (Primera: –ar; Segunda: –er; y Tercera Conjugación: –ir), y que se conjugan en distintos modos (Indicativo, Subjuntivo e Imperativo) y tiempos (Pasado, Presente y Futuro). En español hay gran proliferación de ellos, sin embargo, además de no conocerlos, o no los usamos, o los usamos mal o los confundimos. La lista es larga, pero vale la pena: escocer (sensación de picor y ardor intenso y doloroso, especialmente en una herida); ojear (dirigir la mirada hacia un punto; mirar a una persona o una cosa rápida y superficialmente); hojear (pasar páginas sin leerlas detenidamente); concienciar/concientizar (tomar conciencia de algo; el segundo, más usado en América); amuelar (recoger el trigo ya limpio en la era, formando el muelo); amustiar (poner mustio); miar (maullar); mear (orinar); zapear (espantar al gato con la voz zape; dar zape en ciertos juegos de naipes; ahuyentar a alguien; cambiar de canal); aupar (levantar o subir a alguien);  ralentizar/lentificar (imprimir lentitud a alguna operación o proceso, disminuir su velocidad); justipreciar (apreciar o tasar algo);peatonalizar (hacer peatonal una calle o una parte de la ciudad impidiendo el tráfico de vehículos por ella); campeonar (ganar un campeonato); visionar (creer que son reales cosas inventadas; ver imágenes cinematográficas o televisivas, especialmente desde un punto de vista técnico o crítico); culpabilizar/culpar (atribuir culpa); garantir/garantizar (dar garantía; el primero poco usado, pero correcto); sarpullir/salpullir (erupción leve y pasajera en la piel; señales que dejan las picaduras de las pulgas); frutecer/fructificar (dar frutos); testear (someter algo a un control o prueba); apocar (aminorar, reducir a poco alguna cantidad; se usa también en sentido figurado: humillar, abatir, descalificar); prohijar (adoptar por hijo; hacer propias las opiniones o doctrinas ajenas); amistar (unir en amistad; reconciliar a los enemistados); impotabilizar (convertir el agua u otro líquido en no potable); abecedariar (formar, reproducir, disponer u ordenar las letras de un abecedario); eolizar (hacer que la energía eólica intervenga en algún proceso industrial o de otra naturaleza); fonemar (pronunciar adrede fonemas, para habituarse a su correcta dicción); asolar (arruinar y destruir por completo un territorio, una superficie, un edificio, etc., de manera que no quede nada en pie); amoblar/amueblar  (dotar de muebles un espacio o recinto para hacerlo más habitable y cómodo); zaherir  (decir o hacer algo para humillar, maltratar o molestar a alguien); azorar (hacer perder la serenidad a alguien de modo que no pueda expresarse u obrar acertada y desenvueltamente); abducir  (secuestrar extraterrestres o espíritus a una persona); abjurar (abandonar una doctrina religiosa u otra creencia de manera solemne y mediante juramento);  acristalar (poner cristales);    agorar  (augurar un suceso futuro, especialmente una desgracia); bruñir (sacar brillo, lustrar); chingar (colgar una tela o prenda de vestir, generalmente un vestido, más de un lado que de otro); deshipotecar (quitar una hipoteca); expirar (morir); espirar (expulsar el aire de los pulmones al respirar); grapar (unir o sujetar con grapas);  hendir/hender (causar una hendidura); infestar (invadir o llenar por completo un lugar alguna cosa perjudicial, especialmente animales o plantas); miccionar  (expulsar la orina por la uretra); pacer  (comer –el ganado– el pasto para alimentarse); peer (evacuar gases); remangarse/arremangarse  (tomar una decisión o disponerse a realizar una acción de manera enérgica); serrar (cortar con la sierra); y tersar (poner terso algo).

Dicen que “para muestra basta un botón”. Son muchos más, pero con estos es suficiente para que nos demos cuenta de la cantidad de verbos que nos ofrece nuestro idioma para comunicarnos eficazmente. Habrá que probar.

 

Por MARCELA RUIZ – Profesora de Castellano, Literatura y Latín / Escritora