«VISCERAL MENTE», por AMPARO LECCESE

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Y la pregunta surge casi sin querer… ¿hacía falta la llegada de una pandemia para unirnos, para ser mejores, para ser más solidarios, para ser menos egocéntricos y darnos cuenta que pensándonos ombligos del mundo y sin salud no somos nada?

Sabemos que el abrazo, el beso, los amigos, la compañía y la palabra del otro, son tan importantes para nuestra existencia, pero no lo vemos, por estar inmersos en la vorágine cotidiana, que nos conduce, quién sabe adónde? O que en definitiva todos sabemos a dónde vamos a terminar y nos dejamos llevar ciegos, sin poder escucharnos, sin mirarnos y sin resistirnos a ese infructuoso destino…

Ahora que debemos acatar el aislamiento, nos vemos obligados a cuidarnos, cuando por una falla en nuestra creación, somos auto destructivos, nos maltratamos y les hacemos daño a otros, sin ningún remordimiento… Estar aislados, tal vez nos otorgue la posibilidad de pensarnos en virtud de lo que somos capaces de hacer y lo que regalamos desinteresadamente a nuestros pares. Tal vez este tiempo de introspección, devele todo lo bueno que indudablemente tenemos, o lo que podemos ser y hacer, por nosotros mismos y por los demás. Sólo si nos analizamos exhaustivamente y revisamos nuestras acciones.

¡No es un castigo, es una OPORTUNIDAD!!

Pienso que el universo se concedió un tiempo de reconstrucción, para poder seguir soportando tantos perjuicios ejercidos por nosotros, que irresponsablemente y sin piedad, destruimos todo lo maravilloso que gratuitamente la naturaleza nos ofrece. Un tiempo con las fieras más dañinas enjauladas, le devolverá algo de todo lo que le quitamos!?

Hoy se puede respirar el aire de muchas ciudades en las que solía ser muy denso y tóxico, hoy los animales pueden estar en sus hábitat en paz y sin miedo a ser depredados ferozmente, para terminar con sus cabezas colgadas en un muro o con sus carnes y pieles siendo comercializadas.

Un tiempo de paz para la madre tierra. Tanto caos somos capaces de sembrar y nunca paramos, que en algún momento se cosechan los frutos de esas semillas esparcidas por doquier… el “efecto boomerang” debía suceder, naturalmente!

¿Y sabés porqué estamos en esta instancia de quietud y aislamiento? Simplemente porque somos egoístas, porque nos cuesta ver a nuestros hermanos, comprender que somos partes de un todo, tener en claro que sin una pieza, el rompecabezas va a estar incompleto, que cada pequeña existencia es imprescindible para el equilibrio, porque nos necesitamos, porque somos seres sociales, almas afectivas, apegadas y deseosas de cariño, pero insistimos en ir quedándonos cada día más SOLOS.

Familias desintegradas, hijos valijas, hijos trofeos de guerra, hombres golpeando niños y asesinando mujeres, mujeres odiando hombres, mujeres defenestrando a su propio género. Luchamos por pañuelos verdes o celestes, por banderas políticas, por los femicidios, por lo que comemos o decidimos no comer, por las muertes sin sentido de chicos que salen a divertirse y terminan en un ataúd y del rico omnipotente contra un pobre, que no pertenece.. por tu sexualidad, por la mía.. Peleamos en contra de nuestras propias convicciones, del que elige vivir su vida, del que no sabe cómo vivir, del que sufre por un lugar en este mundo, del que quiere ser Dios y del que se siente pisoteado. Siempre peleamos.. en vez de buscar la unión social y el bien común… Peleamos por nuestros derechos, pero no hacemos nada por rever y cumplir con nuestras obligaciones.

Así somos, seres crueles, despiadados, impersonales, con hambre de escalar a la cima, sin ni siquiera percatarnos, que es más glorioso hacerlo disfrutando del camino, acompañado de todo el que se quiera sumar en la escalada, pudiendo sentir lo esencial de la compañía de los que amamos.

Tal vez es cierto esto de que somos hijos del rigor y tuvo que llegar algo de esta magnitud, para que la clase política entre otras, empiece a funcionar como siempre tendría que haberlo hecho, trabajando en pos del bienestar de todos y cada uno de los habitantes. Sin grietas, sin peleas de poder innecesarias, sin faltas de respeto, sin despotismo ni fundamentalismos.

Tal vez era necesario que paremos la partida, mezclemos la baraja y demos de nuevo!

Aún estaremos a tiempo de cambiar el resultado?

¿Será esta la ocasión de volver a empezar?

Ojalá que sí, ojalá volvamos al ruedo, con más paz, con más ganas de vivir en armonía, con ansias de mejorar, valorando lo que tenemos y lo que somos, haciendo bien lo que nos toque a cada uno en esta historia.
Ojalá podamos algún día, ser y hacer todo y más de lo que se necesite, enarbolando la bandera del AMOR.

En definitiva… all you need is LOVE, en el idioma que tu corazón lo entienda.

 

Por AMPARO LECCESE, Escritora.