«VISCERAL MENTE», por AMPARO LECCESE

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Ahí estás…

En la sutil percepción de tu aliento en mi cuello..

En ese exquisito aroma a sueños compartidos, que dejaste en mi almohada..

En la latente presunción de tu partida, que debilita la amarra que me ata, al infausto destino de quedarme aquí sentada, esperando ver zarpar tu barco, hacia otros mares bravíos.

En mitad de la angustiante noche sin tus besos, te pienso y te maldigo.. maldigo el milagro de haber coincidido en tan breve espacio de tiempo, sexo y locura.. condeno la fortuna de haberte conocido, de escribirte en mis versos y atascarme en tus recuerdos.

Es justo aquí donde me detengo a mirar mi imagen reflejada en el espejo de  las mil almas que me abrigan, cuando lloran las palabras cayendo por mis manos, a esa hoja en la que cuento y te cuento, que ya no siento más que el viento en la cara, mientas corro a toda prisa, para atraparte un segundo más en mis memorias.

Ahí estás..

En la velocidad con que se hamaca el péndulo de las horas que nos permitimos, de las que no aprovechamos y de las que ansío.

En los árboles de hojas mustias que acompañan mi camino, cuando llegan tus silencios a quedarse en mis otoños.

En las lánguidas y enmarañadas figuras que dibujan mis ojos al recordar el café que dejamos pendiente, la cena que degustarán otros amantes y las velas que nunca se encendieron.

Ahí estás..

Amándome de a ratos, queriéndome sin nombre, dejándome sin rastros de tu voz, en los acordes de mi guitarra.

Cuajando esta historia, convirtiéndola en un témpano que vacila en los peldaños de mi vida, a punto de perderla en el vacío de tus utópicas promesas.

Doliendo en cada aguja que clavaste en mi espalda y que ahora se hunden en mi carne, haciéndole agujeros a la esperanza de verte de nuevo y decirte, bienvenido amor.. es aquí donde debe terminar tu viaje.. Y abrazarme a tu melancolía y sanarnos las heridas, olvidando que hace tantas despedidas, ya no somos y tal vez, nunca hemos sido…

 

Por AMPARO LECCESE – Escritora