FUIMOS
Fuimos cazadores furtivos,
en delirante carrera,
por atraparnos como presas.
Dos animales hambrientos,
en busca de carne y fuego.
Fuimos los angeles caídos,
expulsados del paraíso,
mirándonos, tocándonos,
bebiendo de lo prohibido, impúdicamente ciegos por el deseo.
Bocas ávidas de miel y de sangre
Manos urgentes,
arrancándonos la ropa.
Tus labios rozando las oquedades de mi infierno,
ardiéndonos la piel y la mesura.
Mis besos delineando tus milagros y atrapándote en mi cielo.
Vertiginosas sensaciones
Caricias indecentes
Cópula incesante
Relojes pausados en noches sin sueño.
Fuimos la maldita insensatez de querernos,
a sabiendas de los látigos,
que traería el destino.
Pecadoras almas insaciables,
carentes de sosiego.
Decidimos erróneamente quemarnos sin medir las consecuencias, abrazados a las ganas voraces,
de deleitarnos con el festín,
que nos esperaba en cada encuentro.
Sordos de tanto ruido,
aturdidos de tanto silencio,
nos batimos en duelo de cuerpos desnudos y sexos ardientes.
Fuimos el instinto y la incoherencia
La delicia y el castigo
La inagotable fuente de gemidos
y el rechazo total,
al prudente freno del ocaso.
Fuimos la fatalidad de la caída libre
y el golpe asertivo,
que definitivamente,
nos otorgó la muerte.
Fuimos efímeros amantes…
Fuimos eternos.
Por AMPARO LECCESE – Escritora