«VISCERAL MENTE», por AMPARO LECCESE

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Quiero ser tu reina sin corona, porque me basta tu beso sincero, mucho más que esos vanos adornos.
Quiero quererte sin caos, sin tinieblas, sin esas voces que oscurecen el cielo y nos alejan en las tempestades.
Quiero quererte con estas ganas locas de tenerte, con los ojos hambrientos por devorar tus miradas.
Quiero romper las cadenas, las reglas, las ataduras que me detienen y atravesar la línea de la decencia para enloquecer juntos, todas las noches, de todas las estaciones, de todos mis años.
Quiero un amor así de intenso, quiero ESTE amor..
Quiero una eternidad para compartirme con vos, para que seamos uno, sin dejar de ser individuos que se eligen.
Quiero seguir eligiéndote entre tanto mundo.
Quiero quedarme en tus silencios, sacudir a los fantasmas que me acechan y envolverme en tus brazos, para aferrarme a tu caricia que arregla mis desastres.
Déjame contarte que amarte me ha enseñado a ver con nitidez, que somos muy diferentes, que tu forma de amarme no se compara con la mía y que carezco de destrezas, cuando intento descifrarte y comprenderte.
Que cuando te pido que te alejes es porque no puedo más con mis desiertos que me matan de sed y priorizo no hacerte daño.
Que soy temperamental y desmedida cuando se trata de defender a quienes amo.
Que detesto la injusticia, la soberbia y el ego.
Que soy más dura conmigo misma, que con el universo entero, porque prefiero darlo todo y no quedarme en el camino.
Que me duele el dolor propio, pero el ajeno me aplasta el corazón.
Que me cuesta pedir ayuda y siempre me levanto sola, por más fuerte que haya sido la caída, como si no necesitara apoyarme nunca en nadie. Que no es arrogancia sino resiliencia.
Que mi madre eligió el mejor nombre para definirme y amo que ese sea mi legado en esta historia.
Que si digo que te quiero en mi vida, voy a cuidarte para que te quedes, porque no son muchos a los que les permito entrar.
Que mi reino es pequeño, pero con vos a mi lado será eterno!
Y que te amo profundamente, a pesar de mis errores, de mis tantas nostalgias y de mi alma acorazada.
Y que te amo con todos mis defectos, pero más aún con todas mis virtudes.

 

Por AMPARO LECCESE