POTENCIAL MENTE
«SIENDO MI PROPIO SABOTEADOR: ¿SI HABLAMOS DEL AUTOBOICOT?»
El año ya está en marcha, primeros meses, y comenzamos a repasar con todas las “pilas” los propósitos que nos planteamos en diciembre, ¡y hay que aprovechar el envión!
Tengamos en cuenta, de todos modos, que es fácil comenzar, lo difícil es permanecer, ¿no? Con el correr de los meses la energía va bajando y aquellas metas formuladas para lograr en el año se ven cada vez menos importantes o lejanas, también difíciles en algunas ocasiones.
Si te sentís identificado/a con el circuito que conté anteriormente, tal vez esté bueno pensar: ¿por qué?, ¿gano algo desmotivándome?, ¿qué puedo hacer para cambiar?
El autoboicot es la tendencia a poner trabas, límites y complicaciones a uno mismo durante el camino hacia distintos objetivos. Esto suele darse a raíz de una contradicción interna entre el miedo a ciertas metas y el deseo de alcanzarlas.
Algunas formas de autoboicotearnos son:
- Negarnos necesidades o aquello que sabemos nos hará bien: “no me hace falta tiempo para mí”.
- Evitar tomar decisiones: “no sé qué hacer, entonces no hago nada”.
- Procastinar/posponer: “ya no lo hice, lo dejo para después/mañana/otro día”.
- Ser inconstantes: iniciar algo y dejarlo ante las primeras dificultades.
Ahora bien, ¿qué hacemos para modificar esta tendencia?
- El primer paso es darnos cuenta del autoboicot y examinar cuándo (momento y situaciones) y cómo (formas) lo hacemos.
- Trabajar las creencias que están detrás de este fenómeno, ver si son adaptativas, acordes a la realidad, o tal vez desproporcionadas, irreales. Especialmente observar aquellas relacionadas a nosotros mismos (ejemplo: “no me lo merezco”), nuestras capacidades (“no sirvo para esto”, “no lo voy a lograr”) y las situaciones (ver cómo las interpretamos).
- Modificar los comportamientos: llevar a cabo conductas que nos acerquen a nuestros objetivos, siempre que sean metas sanas para nosotros. Aunque no tengamos ganas, ir al gimnasio igual. – Aunque evitemos tomar decisiones porque nos causa ansiedad, destinar un tiempo moderado para pensar y elegir.
- Establecer objetivos realmente posibles, que sean lo suficientemente motivadores para tomar acción pero sin plantear metas muy altas que sean “autopista directa” a la frustración. Subdividir los objetivos en pasos más cortos para lograrlos, también es buena opción.
Pedir ayuda está bien. Podés hacerlo y tu valor personal sigue siendo el mismo.
¡Vamos que se puede!
Por JIMENA MESTRE – LICENCIADA EN PSICOLOGÍA – Mat. 8309 – Tel: (03464) 15691491 – Facebook e Instagram: @potencial.mente.psi