CUANDO LOS NIÑOS QUIEREN SER GRANDES

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Cuántas veces hemos oído a adultos decir la expresión: “¡como quisiera volver a ser niño!”, o a niños decir: “¡quiero ser grande!”.

Me estoy refiriendo a esa sensación que alguna vez todos hemos tenido, cuando somos pequeños queremos ser grandes, pero una vez ya adultos añoramos momentos de nuestra infancia, ser niño. ¿Por qué lo hacemos?

Ese sentimiento de personas adultas envueltos en una nostalgia que hace pensar en volver a ser niños, está atado a un tiempo feliz, rodeado de afectos, de fantasías.  A medida que vamos creciendo la vida va siendo más complicada para nosotros, otras responsabilidades, todo adquiere mayor complejidad y es en esos momentos cuando nos damos cuenta lo fácil que era ser niño y lo difícil que puede llegar a ser la vida adulta.

Y los niños ¿por qué quieren ser grandes? Que ellos quieran ser grandes es principalmente un juego de imitación. Así aprenden a dominar las habilidades necesarias para desenvolverse en la sociedad. Esta actividad infantil espontánea, natural, es imaginar ser o hacer cosas que han visto en la vida real, representando situaciones, fantaseando haciendo como  el médico, el panadero, etc., beneficiará el desarrollo del área cognitiva .

Jugar “a ser grandes” no es simplemente un juego, porque a través de él,  aprenden. Al observar, imitan y asimilan conocimientos haciéndolo con mucha naturalidad y satisfacción.

También quieren ser grandes  porque : “los mayores pueden hacer más cosas solos, sin que nadie los mire siempre”, dice Lucia de salita de 4 años..

Además, durante la infancia o edad escolar, los bombardeamos con infinidad de preguntas, pero seguramente la que nunca falta es: ¿Qué serás cuando seas grande? . y allí damos importancia al adulto.

Y con el devenir de los días vamos diciendo en diferentes escenarios a nuestros niños: “Cuando seas grande podrás”…,” eso es solo para grandes”,  sin dar explicación adecuada, vamos acrecentando el deseo por querer ser grandes, y solemos olvidar su fragilidad.

Varios estudios actuales han demostrado una tendencia cada vez mayor de los niños a abandonar antes sus juguetes, por diferentes motivos, para querer ser adultos; es decir, su infancia parece haberse acortado. Querer disfrazarse de “papá” o de “mamá” es totalmente normal y habitual. El problema aparece cuando no lo hacen para jugar, sino para gustar y entrar en el mundo adulto.

De esta forma, muchos niños están pasando a comportarse como pequeños adultos sustituyendo, por ejemplo, los juegos al aire libre por las consolas  y los cuentos por revistas.

Esta tendencia de querer ser grandes, comportarse como pequeños adultos,  no significa que los niños se desarrollen antes o que asuman antes responsabilidades, sino que las tendencias de la sociedad les van inculcando unos valores en la forma de comportarse que no corresponden a un niño.

Como  consecuencia de esta evolución tan temprana, es la rápida consumación de la etapa infantil, no llegando a finalizarla como corresponde, conlleva efectos no saludables en el lógico desarrollo de un niño en la primera infancia..

Ser “grande “antes de tiempo no es positivo, porque no están preparados para vivir y actuar como adultos. Cada etapa evolutiva debe ser vivida  plenamente como corresponde.  Uno de los requisitos para llegar a la etapa adulta con una base mínimamente consistente es haber podido atravesar la etapa de la infancia de forma adecuada, sin apuros.

De igual manera, se ha comprobado que el adelantamiento a la etapa adulta, otorga más probabilidad que desarrollen problemas como los trastornos de alimentación, consumo de alcohol, drogas o el tabaquismo, entre otros.

Aunque ya se reconoce la importancia de la primera infancia como cimiento de la sociedad y la manera en que percibimos los primeros años de la niñez, pone al descubierto y reproduce la manera en que nos planteamos el futuro de la sociedad; queda mucho por hacer.

Que los niños quieran ser grandes, tiene que seguir siendo su juego. Al decir en su cuento Elsa Bornemann.: “Y si… Ya sé que algún día voy a ser un Gigante: Cuando crezca pero ¡Falta tanto para que llegue ese momento! Entre tanto: Quiero que los Grandes se den cuenta que yo soy un chico, chiquito, chiquitito en un mundo tan grande.”

 

Por SILVIA TASSI