¿DOLOR DEL CIÁTICO, DE ESPALDA, DE CINTURA, DE CUELLO?

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     Verónica, una maestra de grado de 45 años, me consultó por un dolor “que es como un fuego que me corre desde mi nalga a mi cadera y baja hasta mi pierna izquierda”. Me contó que su dolor apareció luego de que en un recreo levantó a una pequeña alumna que se había caído y golpeado y lloraba desconsolada. A pesar de su dolor continuado, seguía trabajando regularmente en la escuela, pero además realizaba en su hogar las tareas domésticas y el cuidado  de sus hijos, agudizando su dolor corporal. La estimulación con el método TIC-AT le redujo el dolor en un 85% en la primera consulta. Después de la aplicación, le pedí que se levantara, hiciera torsiones de cintura, caminara, se volviera a sentar y se levantara. Comprobó su alivio y se sintió agradecida. La mejoría fue sorprendente para ella. Algo más, era evidente que Verónica tenía que resolver algo complementario importante: le sugerí que debía pedir ayuda en casa para aliviar su rutina diaria en su hogar, ya que, además de limpiar, cocinaba para su marido, su hijo adolescente y su hija cuando llegaba al hogar. Le enseñé, también, técnicas de biorretroalimentación y actitudes de asertividad. Ella necesitaba un estímulo importante para pedir a su familia la ayuda que necesitaba en su casa, y tomarse tiempo para relajarse.

Las consultas por dolores de ciática, de espalda, de cintura y articulares se encuentran entre los más numerosos en la asistencia a los servicios de salud públicos y privados. Las investigaciones en el campo de la neurociencia han comprobado que el dolor agudo o crónico está relacionado con una hiperactividad muy extendida de los lóbulos frontales del cerebro. El doctor Antonio Damasio en su libro “El error de Descartes” describe la situación de pacientes encogidos por un dolor insoportable. Los lóbulos prefrontales integran las vías sensoriales del dolor con las vías emocionales frontales del sufrimiento de modo que no podemos separarlas y por lo tanto hay que abordar el problema de la ansiedad que provoca la expectativa negativa y tensionante que provoca la aparición del sufrimiento. El dolor intenso exige toda la atención de la persona. El método TIC-AT combina la reducción inhibidora de los lóbulos prefrontales, quitándole intensidad, mientras se realiza estimulación auricular focalizada generando analgesia que es activada por los núcleos de la región reticular, el tronco cerebral y las vías espino-talámicas, integrando y estimulando de modo amplificado funciones de analgesia dentro de lo que se llama teoría de los microsistemas de los puntos gatillos.

Hugo, varón de 38 años, consultó por un dolor persistente en su nalga izquierda. Comentó: “Hay dos situaciones en las que siento un dolor punzante; cuando me lento de una silla y cuando me doy vuelta en la cama”. Hugo es empleado administrativo, por lo tanto levantarse y sentarse ocurre innumerables veces durante su jornada laboral. Las sesiones de TIC-AT haciendo foco en los puntos lumbosacros le produjeron alivio inmediato. Suele ocurrir, que un dolor intenso en una extremidad, “tapa” un dolor menos intenso. Después de unas pocas sesiones, cuando el dolor se había disipado, le apareció un dolor en la parte izquierda de su cuello. En dos sesiones, el dolor en el cuello desapareció. Los dolores cervicales son casi una “pandemia” entre los oficinistas y otras actividades. ¿Causas?: Tensiones posturales y tensiones nerviosas (ansiedad). Se necesitó sólo dos sesiones para aliviar el dolor y la rigidez. A veces, existen trastornos de la médula espinal cervical, dorsal y lumbar que sólo puede ser corregida con cirugía ortopédica. Pero, hay trastornos espino-talámicos que responden de modo excelente al tratamiento que comento en este artículo. Es gratificante para mí comprobar la incidencia que puede tener este método sobre el estado de salud y el comportamiento de los pacientes; digo comportamiento, porque el dolor físico persistente nos cambia el humor y el carácter. TIC-AT tiene un efecto directo sobre el cuerpo. Todo trastorno corporal engendra un foco perturbador sensitivo que este método detecta y trata de modo efectivo. Siempre siento la obligación de preguntarme: “¿Cómo me sentiría yo en el pellejo de este paciente?”, “¿Y si me pasara a mí?”. Esta pregunta me ha hecho tomar conciencia del valor y la fortaleza de muchos de mis pacientes afectados por dolores corporales y afecciones que incluso se han cronificado. Todo lo que le propongo a mis pacientes lo he probado en mí mismo y he podido comprobar en la mayoría de los casos la eficacia de los procedimientos terapéuticos que provocaron en mí la desaparición del dolor u otro malestar en mi propio cuerpo. La vida no es prolongar un dolor, eso es una no-vida, un no-vivir, a veces es una injusticia, desesperante, y en otras terrible, incluso se pierde la esperanza de una mejoría. Hay que atraer la vida, hay que atraer las circunstancias favorables, beneficiosas y esperanzadoras. Como siempre, los nombres de los pacientes han sido cambiados, también algunos detalles significativos de sus vidas; protejo la identidad de cada uno de ellos  y les dedico mis mejores esfuerzos a mejorar su calidad de vida.