ESCUCHÁ TU CUERPO

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El dolor es tanto fisiológico cómo psicológico. También está relacionado con la mente y las emociones. Dos personas tienen una misma enfermedad, sin embargo el umbral del dolor es diferente. El paciente puede llevar un registro durante una semana para que se de cuenta cuándo es más agudo cada día y cuándo lo es menos, así puede comprobar que tiene variaciones. Cuando la persona hace actividades placenteras, el dolor disminuye. Muchas personas comprobaron que se sentían mejor cuando hacían actividades que les gustaban.

ESCUCHAR EL DOLOR

Nuestro cuerpo es un excelente guía que nos informa cuándo algo es sano y cuando es insano para nosotros. Una persona le va bien en la vida, y de pronto le surge un dolor físico; es un mensaje para pensar qué estaba pensando y sintiendo ese día. ¿Qué ha cambiado y es diferente de pronto en mi vida? ¿Qué sucede que mi cuerpo me envía esta señal? ¿Estoy haciendo algo en la dirección equivocada? Escuchá tu cuerpo, escuchá tu dolor; si lo escuchás atentamente podés averiguar que necesitás. Mi hermano Esteban fue maratonista durante 30 años; “escuchaba” su cuerpo y él le decía si estába sobreentrenado o por debajo de su nivel o si estaba haciendo algo que no es saludable. De cierta forma el dolor puede ser un aliado, es un mecanismo de retroalimentación que nos indica lo que necesitamos. Incluso suele suceder que el dolor se va cuando uno libera ciertos sentimientos y emociones encapsulados. Le sugiero a mis pacientes que le pregunten a su dolor porqué está allí y que está descuidando. Esto puede ponerlos en contacto con sentimientos que están bloqueados o con aspectos de su vida que no están yendo bien. Para cada paciente el mensaje de su cuerpo puede ser diferente. Unos necesitan hacer una pausa en su estresante vida diaria, otros permitirse actividades placenteras.  Ahora se sabe que la mente y las emociones son factores determinantes en el nivel del dolor físico. El factor psicológico puede tener una participación importante. Hay personas que se caracterizan por quejarse en forma constante, otros son impacientes o su actitud de tolerancia es baja.

CONVERSAR CON EL DOLOR

Los últimos descubrimientos en el campo de la neurociencia, muestran la enorme influencia de las prácticas de visualización en la superación de los problemas tanto de salud como de otro tipo.  Visualizar el dolor como un doble nuestro. Se entra en estado de relajación y se conversa con nuestro doble. Preguntas: ¿Por qué estás ahí? ¿Qué mensaje me traés? ¿Estoy descuidando algo en mi vida? ¿No me estoy cuidando emocionalmente? ¿No presto atención a mi cuerpo? Esta técnica puede parecer infantil y absurda a primera vista, pero permite al hemisferio derecho del cerebro crear un símbolo intuitivo. Conversando con el doble-símbolo uno puede encontrar un consejero generando soluciones creativas.

Otro: imaginar el dolor en su tamaño, color, densidad. Si es gaseoso, líquido, sólido. Se puede imaginar el dolor del tamaño de una pelota de fútbol, reduciéndola a una de volei, luego a una de tenis, después a una de ping-pong, a continuación a un garbanzo, después a un grano de soja, hasta evaporarse. También se puede proponer reemplazar el dolor por escenas agradables. “Te está acariciando ese lugar tu madre, o tu abuela” u otro ser querido. Reitero: siempre se deben hacer cuando el paciente se ha relajado completamente. A la ansiedad  se la baja con relajación. También el dolor mengua si la persona es acariciada, tocada o abrazada por un ser querido.

Es importante que el paciente esté bien informado de los fundamentos del proceso. A veces desconfiamos de un método porque no tenemos suficiente información.

 

PREGUNTAS

-¿Qué estaba pensando o pasando en ese momento cuando me surgió el dolor?

-¿Qué cambió o fue diferente ese día?

-¿Qué es lo que está sucediendo que mi cuerpo me envía esta señal dolorosa?

-¿Estoy haciendo algo en la dirección equivocada?

-¿Por qué apareciste? ¿Por qué estás ahí?

-¿Qué mensaje me traés?

-¿Estoy descuidando algo en mi vida?

-¿No me estoy cuidando emocionalmente?

-¿No presto atención a mi cuerpo?

 

 

RAÚL LEANI – Consultorios Regional Casilda – 03464 – 422886