LAS DIFERENTES CARAS DEL PÁNICO

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Vivimos en una época vulnerable; esta sociedad en la que vivimos es muy exigente. Nos exige que cada día rindamos examen. Nos quieren convencer que el fracaso se diplomó como el patrón de medida de nuestras vidas. De allí que haya tantas personas con episodios de pánico y altos estados de ansiedad. ¿Fracasos? No hay fracasos, hay situaciones.  Las cosas no nos pasan “a” nosotros sino pasan “para” nosotros. Si lo pensás de ese modo, la diferencia  es abismal; porque te pone en una situación de poder, de  ubicarte de modo muy diferente  ante tus problemas; las conclusiones y decisiones serán absolutamente diferentes y  jugarán a tu favor.

¿Qué es el pánico?: miedo súbito que supera al individuo. Es un episodio agudo de estados de ansiedad caracterizado por un miedo intenso e irracional. Es un miedo muy intenso con resonancia interna. En el lenguaje de los psicólogos decimos: es interoceptivo; algo que sentís como una sensación catastrófica que ocurre desde tu interior corporal sin que nada lo pueda detener. Es el miedo a perder el control.  A modo de ejemplo diré que el episodio de pánico se parece a la alarma que se activa en un vehículo o en una casa sin que haya nadie que forzó la entrada.  Viene desde adentro sin razón aparente alguna.

Imaginemos una conversación entre un paciente que viene a la primera consulta con un psicólogo que practica una terapia de avanzada con el método EMDR-TIC especializado en Psicoeducación de los Estados de Ansiedad:  Paciente: “Doctor, ¡siento que me voy a morir ahogado cuando me agarra el ataque y me falta el aire! Psicólogo:“Bueno, hasta ahora nadie ha muerto por un ataque de pánico. Sería algo insólito que eso sucediera, que murieras por falta de aire en medio de la atmósfera; entraría en los anales de la historia de la psicología y de la medicina.  Mirá, te voy a explicar cuidadosamente lo que te pasa y cómo resolverlo…”.  Mi explicación parte de considerar al paciente como un ser adulto, responsable y racional con derecho a saber qué le está pasando y, que además, es capaz de entender una explicación coherente y adecuada: “Es cierto, a te falta el aire, te falta oxígeno porque estás, hiperventilando, pero esto no es peligroso, nada puede pasar; en cuanto respires más lentamente, más profundamente y por la nariz, aumentarás el volumen de oxígeno y se te irá pasando rápidamente esa sensación. De todas maneras, aunque sigas hiperventilando, no hay riesgo alguno de asfixia. No hay ningún peligro que esto llegue a mayores; así que ralajate y respirá por tu nariz más profundamente”.

La preguntas del millón: ¿qué hay detrás del ataque de pánico? ¿qué situación puntual lo generó? ¿Cuál es la causa que determinados pensamientos vayan acompañados de estados corporales negativos? Basado en hallazgos clínicos y en las investigaciones de la Neurociencia Cognitiva, se han creado métodos que son muy efectivos para tratar el ataque de pánico producidos por hechos que el paciente reconoce, pero que otras veces no reconoce. ¿Cuál es el método, el procedimiento paso por paso para solucionarlo?:  El método EMDR-TIC aborda y resuelve con eficacia los ataques de pánico. El planteo clínico es: Una persona, mediante este práctica psicológica, suprimirá sus estados corporales negativos, y como consecuencia cambiarán sus pensamientos y sentimientos  produciendo mejoría radical en un sentido realista, constructivo y esperanzador. ¿Es hipnosis? No. Las pruebas y seguimientos clínicos sobre los resultados del método que he mencionado, son corroborados por diferentes organizaciones y publicaciones científicas. La revista estadounidense Psichological Research, publicó un artículo en el que menciona lo siguiente: “Los estudios e investigaciones demuestran la eficacia del EMDR-TIC en la reducción de la ansiedad y los estados negativos, como por ejemplo, estados de estrés traumático, el pánico, la tristeza, la pena, etc.”. Lo esencial del método, consiste en que el psicólogo que practica la terapia de avanzada, ubica al paciente en el lugar del saber y del hacer; ¿de qué saber? ¿del qué hacer?: el cerebro del consultante será el que produzca su propia curación y, lo fundamental: él mismo tendrá el control en el paso por paso de la sesión psicoterapéutica. Sí, él será su propio psicólogo. Como el método es bien organizado simultánea y secuencialmente, el psicólogo interviene sólo para instruir y guiar al paciente  en el paso por paso hasta la resolución del problema. La aparición del método EMDR-TIC, confirma una reflexión de Albert Einstein: “Los problemas más importantes, no pueden resolverse en el mismo nivel en que se han creado”.

 

Por RAÚL LEANI