«PALABRAS QUE CAMBIARON EL SIGNIFICADO», por MARCELA RUIZ

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PALABRAS QUE CAMBIARON EL SIGNIFICADO

A lo largo del tiempo y desde su nacimiento (alrededor de 1.400 años), el español ha ido sufriendo algunos cambios trascendentes. La evolución de una lengua hace que muchas de sus características permanezcan, se alteren o desaparezcan. Existen palabras en el idioma que hablamos que han variado su significado en este proceso. Curiosos son los casos de vocablos que evidenciaron cambios semánticos: formidable, antes significaba horroroso, ahora es sinónimo de asombroso; un retrete era un lugar pequeño y apartado de la casa, ahora es un inodoro; antes, trauma era una herida, hoy es un daño en el inconsciente; antes, bizarro era alguien que tenía valor, hoy es algo extraño o fuera de lo común; antro era cueva, ahora es local o establecimiento; villano era el que vivía en una villa, hoy es un ser malvado; álgido era caliente, ahora es frío; mujer era la hembra del hombre, hoy es persona de sexo femenino; plaza era fama, ahora es un espacio público; jamás era siempre, ahora es nunca; asesinar era traicionar o engañar, hoy es matar alevosamente; tolerar era sufrir, disimular o permitir, hoy es respetar; la siesta era el período posterior al mediodía en el que aprieta más el sol, hoy es dormir; lívido era morado, hoy es pálido; un dictador era un magistrado supremo y temporal, hoy es un tirano; jardín era el lugar donde había mujeres lindas; la cena era la comida del mediodía; una mansión era un aposento; un avión era un pájaro; una azafata era una cesta donde se depositaban joyas de la reina o una asistente real; semáforo era un insecto luminoso; un ordenador era el que daba órdenes; y un evento era algo no programado.

Hay cambios contemporáneos a los que nos resistimos, sin embargo, el tiempo se ocupa de instalarlos y esto va más allá de la voluntad individual de cada uno. Podremos no estar de acuerdo. La lengua española en su trayectoria ha cambiado mucho, ha demostrado su capacidad de adecuación y su vocación de apertura, claro que lo ha hecho sobre la base de su sólida arquitectura. Estos cambios de significado se dieron a lo largo de los años, fueron ingresados al Diccionario de la RAE y la gente los adoptó y los usó. La mayor barrera que podemos ofrecer es no replicar aquello con lo que no estamos de acuerdo. Solo eso. Y no es poco.

 

Por MARCELA RUIZ – Profesora de Castellano, Literatura y Latín / Escritora