POLÍTICAS CULTURALES II

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Las Historias contadas por los años 70, sino antes, cuentan cositas, que a veces menciona, “Una lágrima furtiva mojó el camino”-acusa casi con sentimiento y tristeza que el corazón se quedó en la patria Baya… desde allá enancado en las calandrias le sigue dictando versos que huelen a viento…. Hoy el Hombre afincado en plena ciudad puede jactarse de continuar con la sombra de su caballo prendida a la cincha de su alma y de tener calcado a fuego el silencio de los senderos. Es en la canción donde se halla, para contar sus pensamientos y los muestra con la humildad y sencillez de su alma paisana, la ternura reservada que comparte con sus allegados, tal vez por recato pudor padrentano la pone al alcance de todos en la poesía.

Debemos recordar que por entonces existía un gobierno no elegido por el pueblo, de facto, y algunas voces importantes de la cultura se encontraban silenciadas, lo que obligaba a una forma de difusión que rayaba con la clandestinidad, de todas maneras la transmisión oral superaba la mediocridad de pensamiento de quienes disponían arbitrariamente, de lo que los Argentinos, debían o no ver, o escuchar, o leer, recordemos también que en las radios se rayaban los surcos de las obras que no eran de sus apetencias políticas, o se rompían los discos. Como prueba de ello se levanta la popularidad que tuvieron obras nacidas en el mismo período, así, metáforas fueron utilizadas para nombrar a ese “proceso” que desapareció, mutilo, pero no pudo con la memoria de un pueblo. Dice Oscar Wilde, en una memoriosa frase: en los pueblos, cuando todo pasa, la cultura queda.

 

Por JULIO “PAMPA” D´AMICO