12 DE MAYO

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12 DE MAYO,  «DÍA INTERNACIONAL DE LA ENFERMERÍA»

El Día Internacional de la Enfermería o Día Internacional del Enfermero es una jornada conmemorativa de las contribuciones de los enfermeros a la sociedad, promovida por el Consejo Internacional de Enfermería, que se celebra en todo el mundo cada 12 de mayo, conmemorando el nacimiento de Florence Nightingale, considerada «fundadora» de la enfermería moderna.

LA FIGURA DE FLORENCE NIGHTINGALE:

«Cuando ya no sea ni siquiera una memoria, tan solo un nombre, confío en que mi voz podrá perpetuar la gran obra de mi vida. Dios bendiga a mis viejos y queridos camaradas de Balaclava y los traiga a salvo a la orilla» (British Library Sound Archive). La grabación fonográfica de este mensaje de Florence Nightingale, una de las heroínas y santas de nuestro tiempo, cuyo segundo centenario recordamos ahora, fue realizada en 1890, para recaudar fondos a favor los veteranos de la batalla de Balaclava (1854) en el curso de la Guerra de Crimea. Ese atroz conflicto internacional (Rusia contra el Imperio Otomano apoyado por Gran Bretaña, Francia y Cerdeña, que duró desde octubre 1853 a marzo 1856, y que costó 700.000 vidas y otros tantos heridos) tuvo un solo aspecto positivo: el nacimiento de la moderna enfermería creada por Ms. Nightingale. Esta llegó a Crimea, en octubre de 1854, con 38 enfermeras voluntarias, coincidiendo con la batalla de Balaclava, de ahí su especial recuerdo en la grabación mencionada.

Florence Nightingale (Florencia, Gran Ducado de Toscana, el 12 de mayo de 1820 -Londres, 13 de agosto de 1910) nació en un palacio florentino dentro de una familia británica aristocrática, políticamente influyente, moderna y rica y se educó de acuerdo a su época y sociedad en la Inglaterra hannoveriana, es decir, para ser esposa y madre, además de dama cultivada para brillar en la corte… solo que, aparte de literatura, música y danza, que tanto lucían en los salones victorianos, Florence se enamoró de las matemáticas, las ciencias y los nuevos estudios de estadística. Al tiempo, experimentó una fuerte inquietud espiritual que la hizo pensar en recluirse en un convento aunque, conmovida por las lacras sociales del país, optó por formarse como enfermera, un trabajo que se consideraba propio de la clase trabajadora o de instituciones religiosas, por lo que tropezó con una fuerte oposición familiar. Finalmente, superando el enfado de su entorno, se formó en lo que por entonces se enseñaba a las enfermeras –administrar unos pocos fármacos, alimentar y consolar a los enfermos– y, tras rechazar varias proposiciones matrimoniales, realizó un largo viaje por Francia, Suiza, Italia, Grecia y Egipto buscando tanto definir su vocación cómo mejorar sus conocimientos: observa los avances médicos, las técnicas innovadoras y los cuidados posoperatorias, la higiene de los enfermos, la limpieza de las instituciones pudientes y la compara con la miseria de los hospitales de la beneficencia, y anota sus observaciones, conmoviéndose ante la situación de los enfermos pobres.

Hallándose en Lúxor (Egipto) define su vocación: «Dios me llamó por la mañana y me preguntó si haría el bien en su nombre sin buscar fama». Momento decisivo en su formación fue su experiencia en 1850, en una institución benéfica de Düsseldorf, regida por un pastor protestante y atendida por médicos y enfermeras voluntarias.

Pasó medio año cuidando a enfermos pobres y aprendiendo las técnicas médicas y sanitarias practicadas allí, siempre en la base de su programa de formación de enfermeras. Un notable impulso para su obra fue su designación como directora de una institución para enfermas en Londres, en el verano de 1843, donde puso en marcha el embrión de una escuela de enfermeras.

Mientras organizaba la enseñanza y práctica de la profesión estalló la Guerra de Crimea, a la que Gran Bretaña envió un cuerpo expedicionario de cien mil soldados. Como en la retaguardia solo se podían practicar las curas más urgentes, los heridos de los diversos aliados otomanos eran trasladados a hospitales organizados en Estambul; los británicos, en concreto, a una instalación dentro de su base enclavada en el distrito de Scutari.

Al llegar el verano de 1854, una de las preocupaciones del secretario de Guerra, Sidney Herbert, era la pésima situación sanitaria de sus tropas, en la que se combinaban los efectos de la lucha, la deficiencia de las instalaciones, la pobreza de medios y los efectos del calor veraniego; a resolver su problema llegó la solicitud de su amiga, Florence Nightingale, de emplearse con sus enfermeras en un hospital de guerra.

Era una experiencia novedosa porque nunca antes la mujer había servicio en el Ejército, y controvertida: mujeres en un mundo de hombres en situación límite y, rizando el rizo, sirviendo en un hospital instalado en un país musulmán. Sólo la decisión y necesidad del ministro y el coraje de Florence vencieron los obstáculos y las enfermeras llegaron a Estambul coincidiendo con la riada de heridos provocada por la batalla de Balaclava, culminada por la militarmente disparatada «Carga de la brigada ligera», ennoblecida literariamente luego por el gran poeta Tennyson. Hallaron una situación nefasta: malas instalaciones, equipo médico insuficiente; medicamentos, escasos; higiene, nula; alimentación, inapropiada… Y ningún respeto por parte de los responsables médicos.

En el siguiente semestre perecieron cuatro mil ingresados, el 42% del total, en su mayoría de infecciones, tifus o disentería. Pero, en el epicentro de la enfermedad y la muerte, las enfermeras iluminaban la desolación, sobre todo, Florence Nightingale: nace la leyenda de «La dama de la lámpara»: «Cuando todos los oficiales médicos se han retirado ya y el silencio y la oscuridad descienden sobre tantos postrados dolientes, puede observársela sola, con una pequeña lámpara en su mano, efectuando sus solitarias rondas» (The Times). in embargo, los jefes médicos, cuya negligencia denunciaba, la llamaban «Flo el diablo».

En la primavera de 1855, una inspección impuso varias ideas suyas: limpieza de salas, fosas sépticas y letrinas, desinfección del complejo, mejora de la ventilación, alimentación apropiada al clima turco e higiene en su preparación… Logró que se abriera una lavandería y una cocina hospitalarias y de inmediato se advirtieron las mejoras dando paso a uno de los nuevos lemas sanitarios: aire, sol, agua y jabón. Los resultados respaldaron su trabajo e incluso logró abrir un laboratorio de patología para el personal médico.

El éxito de Crimea le franqueó muchas puertas y sus experiencias dieron lugar a un informe, elevado a la Comisión Real para la salud en el Ejército, demostrando que gran parte de las muerte de soldados heridos o enfermos se debía a causas ajenas a sus dolencias: inapropiada ubicación del centro, pésima situación higiénica, alimentación inadecuada… Su camino se despejó e, incluso, su prestigio le proporcionó un importante fondo económico que le serviría para fundar una escuela de enfermería, cuya primera promoción saldría en 1865, y que aún existe bajo el nombre de Escuela Florence Nightingale de Enfermería y Partería, estructurada dentro del King’s College de Londres.

La incomprensión, las calumnias, el desprecio dieron paso a la popularidad y reconocimiento de su obra. A partir de 1860 comenzaron a conocerse sus opúsculos sobre enfermería y hospitales, que sirvieron como la base para la formación de enfermeras durante medio. Participó en numerosas fundaciones e instituciones dedicadas a la sanidad y se vio colmada de honores y reconocimiento en su larga vida aunque estuvo ciega 15 años y postrada en una cama los diez últimos, pero nunca dejó de trabajar, de concebir mejoras e innovaciones en el camposanitario.

Como epitafio a su extraordinaria obra, quizá ninguna alabanza tenga tanto peso como la del fundador de la Cruz Roja, el suizo Henri Dunant: «A pesar de que soy conocido como el fundador de la Cruz Roja y el promotor de la Convención de Ginebra, es a una dama a la que se debe todo el honor de esa convención. Lo que me inspiró a viajar a Italia durante la guerra, fue el trabajo de Miss Florence Nightingale en Crimea».

JURO LLEVAR UNA VIDA DIGNA

Compuesto en Estados unidos por encargo de la profesora de enfermería Lystra Gretter en la escuela del Harper Hospital de Detroit (Michigan). Fue pronunciado por vez primera por la promoción de alumnos de 1893: «Juro solemnemente ante Dios y en presencia de esta asamblea llevar una vida digna y ejercer mi profesión honradamente. Me abstendré de todo cuanto sea nocivo o dañino, y no tomaré ni suministraré cualquier sustancia o producto que sea perjudicial para la salud. Haré todo lo que este a mi alcance para elevar el nivel de la enfermería y consideraré como confidencial toda información que me sea revelada en el ejercicio de mi profesión, así como todos los asuntos familiares en mis pacientes. Dedicaré mi vida al bienestar de las personas confiadas a mi cuidado».

 

12 DE MAYO, «DÍA DEL FONOAUDIÓLOGO»

El Día del Fonoaudiólogo se celebra hoy en conmemoración al aniversario de la creación en el año 1948, de la primera entidad científica Fonoaudiológica de la Argentina.

El día de la fonoaudiología en Argentina es resultado de una gestión de la Asociación de Profesionales Fonoaudiólogos de la Argentina (Apfa), a través de un decreto presidencial del año 1973.

 

12 DE MAYO, «DÍA MUNDIAL DE FIBROMIALGIA»

El 12 de mayo es el Día Mundial de la Fibromialgia, una enfermedad que se caracterizada por un cuadro de dolor musculoesquelético crónico y generalizado de origen desconocido, donde no existen otras enfermedades o alteraciones que lo expliquen. La fibromialgia es una enfermedad reconocida por todas las organizaciones médicas internacionales, por la OMS desde 1992 y constituye un problema sanitario que afecta la calidad de vida de los pacientes.

La Fibromialgia se presenta, dependiendo de la población estudiada, entre el 3-6 % de las mujeres entre 20 y 50 años, siendo la causa más frecuente de dolor osteomuscular generalizado y crónico.

Aunque la Fibromialgia no es una enfermedad mental, el 30% aproximadamente de los enfermos cursan con cuadros como ansiedad o depresión de forma preexistente, o muchas veces secundaria a la enfermedad. “Esto genera un círculo vicioso negativo que paulatinamente afecta todas las áreas de desempeño de la persona incluyendo lo laboral, lo social y familiar”, explica la Dra. Evangelina Melgar, Coordinadora de la Clínica de Fibromialgia del Departamento de Neuropsiquiatría de INECO, además frecuentemente impacta en el trabajo causando ausentismo y licencias prolongadas.

Hasta el momento el diagnóstico se basa en los antecedentes clínicos del paciente y en una detallada exploración física, no puede diagnosticarse mediante pruebas de laboratorio ni radiografías y biopsias musculares. La Dra. Melgar remarca que es una enfermedad que generalmente tarda en diagnosticarse porque los pacientes conviven con el dolor sin consultar mucho tiempo: “Algunos profesionales todavía no conocen bien la patología y tienden a minusvalorar el dolor, atribuyéndole al estrés, a otras patologías psiquiátricas, o a circunstancias”, sostiene la especialista.

Aunque no exista un tratamiento curativo hasta el momento sí hay evidencia de resultados positivos con tratamientos interdisciplinarios que son eficaces en la reducción de los síntomas. Se realizan programas de ejercicios aeróbicos, ejercicios de fortalecimiento muscular y de estiramiento, reeducación de la postura global, técnicas de relajación, mindfulness, psicoterapia cognitivo conductual, musicoterapia, terapia ocupacional, entre otras. Desde el punto de vista farmacológico existen algunas drogas aprobadas que han demostrado eficacia en el manejo de los síntomas. Estos tratamientos organizados en programas interdiscipliarios diseñados en forma personalizada, permiten que el paciente y su familia logren una calidad de vida satisfactoria.

¿Cómo identificar la Fibriomialgia? Síntomas de Alerta:

. Dolor
. Agotamiento o fatiga crónica
. Síndrome de colon irritable
. Trastornos del sueño
. Síndrome de vejiga irritable
. Rigidez en el cuerpo
. Cefaleas
. Malestar abdominal
. Hormigueos
. Entumecimiento
. Mareos
. Dificultad para concentrarse o para retener información.

 

UN DÍA COMO HOY:

1551 – Se funda en Lima la Universidad de San Marcos, la primera de América.

1817 – Comienza a sesionar en Buenos Aires el Congreso que había iniciado sus sesiones en Tucumán en 1816.

1820 – Nace en Florencia, Italia, Florence Nightengale, enfermera, reformadora del sistema sanitario y filántropa.

1821 – Se edita en Buenos Aires «El Argos», entre cuyos redactores están Esteban de Luca, Ignacio Núñez y Manuel Moreno.

1892 – Se funda en Buenos Aires el Patronato de la Infancia para el amparo de los niños abandonados.

1926 – Umberto Nobile, Amundsen y Ellsworth sobrevuelan el Polo Norte con el dirigible Norge.

1927 – Augusto César Sandino empieza en Nicaragua su lucha contra la intervención estadounidense.

1937 – Coronación de Jorge VI de Inglaterra. El desfile fue televisado en la que fue, para la historia de la TV, la primera retransmisión hecha fuera de los estudios.

1982 – Atentado fallido contra Juan Pablo II en el santuario de Fátima (Portugal).

1986 – Fallece la médica y política socialista Alicia Moreau de Justo, junto con su marido Juan B. Justo una de las más destacadas figuras del socialismo en Argentina. Se graduó en medicina en 1914, y desarrolló una larga y fructífera campaña de derechos para las mujeres y los desfavorecidos. Presidió en 1936 la Conferencia por la Paz de América.

2002 – En Cuba, el ex presidente de Estados Unidos Jimmy Carter visita durante cinco días a Fidel Castro, siendo el primer presidente estadounidense, dentro o fuera de su mandato, que visita la isla desde la Revolución cubana (1959).

2008 – Muere Robert Rauschenberg, pintor estadounidense, pionero del arte pop.

2009 – Muere Antonio Vega, cantante español.

2017 – Un ataque de ransomware ataca a más de 400 mil computadoras en todo el mundo, dirigidas a computadoras de los Servicios Nacionales de Salud del Reino Unido, y las computadoras de Telefónica.

2020 – Muere Michel Piccoli, actor, productor y realizador francés.